Un día creí que volviendo al lugar donde viví el pasado
iba a desandar el tiempo.
Y regresé una tarde, con la ansiedad golpeaándome en el pecho,
a los mismos lugares que soñaba iguales desde lejos.
El tibio sol brillaba límpido en el cielo
y habia un suave viento que traía el olor del duraznero...
Caminé por las calles empedradas, dormidas de silencio,
con sus árboles altos que movían dibujos en el suelo.
Sin pensar me encontré rente a la casa donde habia vivido en otro tiempo, aún seguia igual.
¿Qué dulce magia la mantenía como en mis recuerdos?
Las ventanas azules, las que pinté con especial esmero.
El cerco de ligustro y en el techo...las tejas rojas y el pequeño alero.
Alli estaba el jazmín que habia plantado, tan pequeño, con una sola flor... y ya era un árbol de tronco fuerte remontando el cielo.
Las lajas grises que en la entrada eran mudas testigo de los pasos nuestros escribiendo pisadas vacilantes, como al entrar en un templo.
Me detuve en la puerta, quise abrirla,
alguien que me observó salió a mi encuentro...
"Perdón...era mi casa...hasta aqui me trajeron los recuerdos."
2 comentarios:
La melancolía también tiene algo de belleza...
Oye, ¿te llegan mis comentarios? Me da la impresión de que no aparecen en el blog...
Abrazos
Si, es verdad, a mi las caras melancolicas me encantan, la gente melancolica tambien, siempre y cuando no sean 24hs full time melancolicas jajaja, si salen los coments, pero despues que yo los leo, tome esa medida de seguridad, porque hay mucho idiota dando vuelta...Gracias
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